Está llorando el cielo estrellas desde que tú te has ido,
y están cayendo todas encima de mi puerta,
y a través de la ventana de mi casa triste las miro,
pues en cada una de ellas, algo tuyo me recuerda.
Nunca jamás pensé el enamorarme,
nunca jamás y menos de un cometa,
que con su luz irradiaba mi camino hacia su meta.
Pero el tenía una coraza de platino, y también,
estaba recubierto en mil estrellas, o tal vez...,
quizás se fijó en algún otro planeta,
en el que afianzar su rumbo con pista abierta,
y no encontrarse un mar de meteoritos,
que le impidieran llegar hasta su meta.
Para poder forjar bien su futuro,
y poder llenar bien la galaxia...,
de pequeños meteoros, y de estrellas,
y así formar una galaxia,
en la que la luna estuviese bien contenta.
Y yo viendolas caer en mi ventana...,
pensando en que hubiera formado parte de ellas,
las habría pintado de colores,
y tendrías al final de tu viaje...,
un camino todo limpio y reluciente,
adornado en mil estelas de colores.
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