PAPÁ
Solamente
con cerrar los ojos puedo verte,
ahí
estas, como siempre,
que
dolor sentí al perderte.
No
me he planteado el olvidarte,
porque
aunque tú ya no estás,
aún
de mi vida formas parte.
Todo
sigue su curso, como los ríos,
como
el viento en los recodos,
siento
tu presencia, casi puedo oler
la
colonia de por las mañanas,
ese
olor…, a la ducha en la mañana.
Aunque
tú te jubilaste,
cada
día madrugabas,
me
limpiabas los zapatos,
a
mí y a toda la casa.
Si
te enfadabas conmigo,
al
rato se te pasaba,
un
poco gruñón si eras,
muchas
veces te enfadabas,
siempre
por la habitación
que
estaba desordenada.
Ya
te fuiste, y te recuerdo,
siempre
estarás en mi alma,
y
desde el cielo me miras,
pues
yo noto tu mirada.
Protegiéndome
y cuidándome
a mí
y a toda mi casa.
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