miércoles, 23 de abril de 2014

NO MAS FRONTERAS




Inmigrantes clandestinos celebran su ascenso a la valla fronteriza que separa Melilla de Marruecos, el 28 de marzo de 2014



NO MÁS FRONTERAS

Luchando estoy por mis hijos,
extenuado de dolor en ese largo camino,
lucho por seguir viviendo,
la esperanza detrás de esa valla viendo.
Cada noche agazapado, sin saber hacia que lado,
sin pensar en el dolor, de otra nueva frustración.
Cada noche agazapado, preparando la escalada
cual carrera de obstáculos, y con la piel cercenada,
por miles de heridas sangrantes,
y sin parar de seguir a delante, trepando, y
venga a trepar, un trozo de mi chaqueta se quedó atrás.
Flaqueando de dolor, sin fuerzas, y sin resuello,
encaramado en un poste,  con mis brazos lacerados, y doloridos,
cojo un poco de resuello, estoy encima de ellos…,
me aferro con fuerza a la valla, y en un descuido…,
la pierna se me resbala,
hacia abajo caigo brusco,
en el suelo y con un susto,
he notado que de una pierna me asoma un bulto,
un dolor insoportable, pero intento levantarme.
Ha llegado la justicia, ¿era la tercera valla?,
no lo se…, se a acercado una persona,
que me comunica, que estoy en España.
¡Por fin! terminó el calvario, pero con alivio
lloro despacio, y aunque me duele todo el cuerpo,
por fin me siento aliviado, por que
aquí podré encontrar esa ansiada libertad.



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